En el 2016, el actor y también bailarín Mario Suárez concibió Perencejo, un show de 10 minutos con un personaje tipo clown y sátira que jugaba a la política desde su voz. Era una performance para experimentar la creación de un personaje, su cuerpo, voz y hasta el maquillaje.
Durante los meses más duros del confinamiento, para evitar la expansión del coronavirus, Suárez aprovechó artísticamente este tiempo para retomar la puesta en escena y refrescarla con las circunstancias más actuales y “nuevas energías”, aclara el intérprete.
“Perencejo viene de ‘fulano, zutano y mengano’, modismos para referirse a una persona sin decir su nombre directamente. En este caso, entran otras energías (tal como estos personajes sin nombre) como una ministra de Estado, un preso, un secretario y un juez”, explica. Porque “un juicio, quieran admitirlo o no, es un buen espectáculo”, dice, en cambio, Perencejo. “Estoy trabajando también un poco la esquizofrenia y lo que se ve es una descarga de energía, que es un reto muy grande como actor”, puntualiza Suárez.
El acto, ahora de 45 minutos, se estrenará este jueves 28 de octubre a las 20:00 en Casa Zona Escena (Baquerizo Moreno 519 y Mendiburo, primer piso). Se podrá apreciar hasta el domingo 30 de octubre, como el cierre de la edición 24 del Festival Internacional Artes Escénicas Guayaquil, Fiartes-G. La entrada tiene un costo de $ 7.
PUBLICIDAD
Marío Suárez encarna a 'Perencejo', una sátira política sobre la situación actual del país. Foto: El Universo
En la dirección está el reconocido bailarían y fotógrafo Jorge Parra. “Esta obra busca desencadenar una reflexión crítica y satírica, con un humor un poco perturbador, sobre el estado actual de la política”, agrega. “Está desarrollado desde el contexto político actual que vive el país: la inseguridad, la corrupción y las muertes alrededor del sistema judicial y penitenciario.”
La comedia “Mucho Lote” llega a La Trinchera de Manta
13 Nov, 2021 - 00:27 am
Este sábado 13 de noviembre, una divertida comedia llega a las tablas del Centro de Artes La Trinchera. El espectáculo inicia a las 20h00, se trata de la obra “Mucho Lote”, de la Corporación Cultural Zona Escena de Guayaquil.
La obra es interpretada por el actor Mario Suárez y dirigida por el maestro Jorge Parra. El teatro La Trinchera está ubicado en la ciudadela Universitaria, calle U4 y avenida U1. La obra es una divertida comedia que muestra a una vedette curtida al sol, hecha en las calles. Ha recorrido las periferias de los privilegios al más elevado peldaño de popularidad, pero siempre popular, nunca rendida, jamás sumisa, soñadora y empoderada, escala posición por virtudes propias. Nació bendecida con buen currículo y buenas recomendaciones, ecuatoriana de nacimiento, muerte y resurrección. La cuota económica para la obra es de $10 en taquilla. Preventa a $8.00.
La Información para reservación y adquisición de boletos se puede hacer al 09-9806-5954.
Un musical drag sobre la diversidad y la violencia.
En esta obra dirigida por el coreógrafo Jorge Parra, la otredad se viste de plumas, se sube en tacones, baila y grita, para mostrarse con fuerza y obligarnos a mirarla de frente.
El tocador, sitio habitual de los confesionarios femeninos, es el escenario desde el que se desarrolla “Mía Bonita, el cabaret de los afectos”, una obra dirigida por Jorge Parra, que se presentó el pasado fin de semana en el en el Auditorio Simón Bolívar, antiguo MAAC Cine y que fue parte de Festival Internacional de Artes Escénicas (FIARTES), en agosto pasado.
Mía –personificada por el actor Mario Suárez– es un hombre transexual, diosa de cabaret y bailarina, y que se prepara para una última canción. Mientras esto ocurre, habla con Bebé, su gato, el oyente de todas sus quejas, en un acto que se transforma en una especie de catarsis.
El personaje no tiene nada de la sensibilidad plañidera con la que hemos aprendido a asociar la discriminación. Él escupe en la cara de sus torturadores, incendia la sociedad mojigata que alguna vez lo vejó y exige aceptación a gritos, sin excusas ni perdones. Y de esto, Mario lo conoce todo: la obra refleja diferentes episodios de su vida y sus tribulaciones.
“En un pueblo pequeño un niño debe ser bien varón y una niña bien mujer”. Mía empieza su relato en voz baja, pero el volumen y la fuerza de la obra van creciendo durante el espectáculo.
Mía describe las burlas que sufrió en su ciudad natal desde los siete años por ser considerado afeminado. Habla del acoso de su primo, y de su búsqueda de Dios solo para descubrir que ese ser del que le hablaron tampoco ama a los homosexuales.
Suárez y sus bailarines (Vanessa Guamán, Maribel Domínguez, Alejandro Yagual y Abel Rodríguez) recrean el cuento bíblico de Lucifer: un ángel homosexual que es expulsado del paraíso cuando Dios, masculino y vengador, descubre lo que él ha estado haciendo con sus ángeles. “Yo, entonces, no creo en ti”, le grita Mía. El acto termina con una pelea, entre el Omnipresente y el ángel ‘descarriado’. “¿Sabes quién es un maricón?” –le pregunta al gato Bebé, mientras viste una capa de plumas y camina sobre unas altísimas plataformas– “Es el que abusa de los más débiles y entre estos abusadores están los religiosos y todas las personas que me juzgaron sin conocerme’”. Ambas escenas, matizadas con una cuidadosa estética, vestuario y maquillaje, son las más fuertes interpretaciones de la obra.
La música es el corazón de “Mía Bonita”. Los diálogos están entrelazados con fragmentos de canciones, principalmente del género gótico y cabaret. A estos ritmos los acompaña una narración coreográfica, en la que los bailarines que la ejecutan añaden impacto a la historia, con dramatizaciones que al mismo tiempo son pasos de baile.
Sin embargo, es una danza triste, en la que la nostalgia es un elemento recurrente para Mia y su vida contada en las tablas. Al final, entre aplausos y ovaciones, Suarez cuenta que la carta de suicidio que lee en algunos fragmentos de la obra es real, forma parte de su historia de vida. Contrario a un final, este texto representó un nuevo comienzo, de donde nació el primer boceto de la pieza teatral.
“Mía Bonita” es una obra íntima, cruda y brutalmente honesta, que habla de las complejidades de la otredad y de todas sus consecuencias en una sociedad que no está lista para mirar a la cara todo aquello que se considera diferente, pero sobre todo, este musical drag logra incomodar al espectador de una manera subversiva y necesaria.
- See more at: http://www.gkillcity.com/articulos/cual-es-la-voz/mia-bonita-cabaret-donde-nada-es-subjetivo#sthash.zgwA5SpN.dpuf
00000000000000000000000000
MÍA BONITA O EL CABARET DE LOS AFECTOS
León Sierra
El espectáculo de Mario Suárez, coreografía de Jorge Parra, es un pequeño juguete cerca de la violencia, como el espectáculo que alguna vez idearon Santiago Roldós y Pilar Aranda y que lo trabajaron a partir de un par de piezas de Brecht, gran espectáculo recuerdo. Así mismo, y me parece que nada gratuitamente, la fuga de la memoria me ayuda a hablar es este otro espectáculo, sensibles texto y actuación principal de este bailarín, actor y hoy también cantante de Guayaquil.
En relación al texto, y para no perder el hilo con el que empecé este ejercicio de mirada escénica, me parece que la obra tiene una suficiente entereza dramática, con algo más de acción en la palabra que el común denominador de los ejercicios dramatúrgicos de nuestros contemporáneos. Y ya se agradece. Esto quiere decir que ni el puestista, que no sabemos con certeza si es el mismo Suárez o si Parra, ha colaborado, a parte de coreografiar, con ideas de puesta en escena y dirección teatral, ni tampoco el actor, tienen que adornarse de demasiados esfuerzos para dotar de verdad a lo que ocurre, ya que de verdad ocurren cosas en el texto. Amén de las que aquellas procuren con acciones físicas, disposición escénica o iluminación y música.
Y esto, no solamente hoy en día es un valor, sino que siempre lo ha sido, cuando hablamos de textos dramáticos.
Pareciera que la mirada sobre un espectáculo pudiera agazaparse detrás del no tan simple análisis lingüístico, sin embargo, es más, debe de serlo. Caso contrario el hecho escénico se arrumaría en cualquier estante de biblioteca analógica perdido, olvidado y depreciado como hoy está el objeto libro. Afortunadamente obras y esfuerzos escénicos como éste, donde sudor, sonido y colores arman un complejo dispositivo que nos recuerda cómo es gozar como espectador en una butaca de teatro, aún cuando esta no exista o sea una silla de plástico. Aquello en la confianza de la mirada que desea y aquel que deviene en objeto y placer mientras hace lo que tiene que hacer para decir lo que tiene que decir. Algo pasa encima del escenario que nos sienta y nos engancha. Valor del texto como primera sensación.
Más allá de esto y siguiendo con la propuesta textual, pongamos un puente al estilo. El Cabaret de los Afectos, dice con tono provocador el subtítulo de la obra, y, ciertamente que el cabaret es el lugar destinatario para ciertos afectos como un estereotipo quizás e incluso como mecanismo del discurso de poder para estigmatizarlos. Afectos reversos, inversos afectos, diversidades de lo génito-afectivo más presentes en espacios oscuros y de los márgenes escénicos, así nace el cabaret berlinés que es algo más que un pequeño espectáculo para un pequeño espacio.
Más bien, aprovechando la estrechez del lugar (como en los autobuses donde el tacto manda y es lenguaje), en el cabaret, la cercanía del público obliga a romper la cuarta pared y ejerce fuerzas insospechadas en dramaturgos y actores, que poco a poco, convierten el imperativo del margen por sofisticación del lenguaje escénico (y obviamente de las prácticas, incluso de aquellas del público, que lo nombra, lo delimita e incluso le da un lugar de enunciación, recordemos la vibrante película de Bob Fosse), y claro, creando estilo.
Hay entonces, un deseo de pertenecer a este lugar, que yo identifico en el puestista de Mía Bonita, pero obviamente una obligación de pertenencia de la voz narrativa y poética del dramaturgo, Mario Suárez, coincidental o no coincidentalmente protagonista de esas palabras, dueño de ese cuerpo y fuelle de tan magnífica voz. Hay un deseo personal detrás de la composición técnica y seria del abigarrado personaje protagonista, de la propia marica que es Mía Bonita, un deseo altamente sensible.
Me parece que si algo juega en contra en este espectáculo, es precisamente la tercera mirada que hace elipsis por estas reflexiones y nos presenta un espectáculo con una cuarta pared, detrás de la cual el público se agazapa tranquilo, y detrás de la cual vemos con terrible esfuerzo a los actores dar saltos de pirotecnia que no ayudan al maestro Brecht en su empeño porque, en este género, en este estilo, no solo le ocurren cosas al actor, sino principalmente al público. Ese riesgo y ese temor que tenemos los actores cuando antes, durante y después del espectáculo somos vulnerables.
Decisiones como la del coro de bailarines con algún desequilibrio entre ellos o con una clara descompensación frente al protagonista que más que brindarle dialéctica, ensucian la puesta o la adornan con demasiada literalidad. No es culpa del esfuerzo de los y las bailarinas, sin embargo la puesta en escena, con esa cuarta pared, con esa distancia, obliga a otra cosa y aleja al espectáculo del empeño cabaretero.
No quiero terminar estas palabras sin recordar un pequeño monólogo de un gran artista de la escena española, bastante conocedor del género y, por cierto, militante de la causa gay, Miss Shangay Lily. En él, Shangay dice, en boca de su personaje, que es el/ella mismo/a, “me preguntan… <<¿Dónde actúas?>>, <>… Pues bien, como ahora vamos a hablar de mí, aclaremos esto antes de seguir: yo NO me considero humorista… Ser humorista y homosexual es como ser un puerco y director de relaciones publicas del camal…”
Elementos para reflexionar, desde el valor indiscutible de este espectáculo. Su estética, deliciosamente trabajada en vestuario y maquillaje, es más punk, verdadera y pertinente para esta sociedad ecuatoriana y para su medio cultural, que cualquiera de las seis o siete películas de factura nacional, pretendidamente punk que han inundado las salas de cine en estos dos últimos años.
Esperemos que las salas de teatro de Guayaquil, Quito y las demás ciudades de este país, empiecen a disputarse su programación. Enhorabuena.
1 / 1
Zona Escena cumple un lustro de gestión artística
La gestión, la producción y la formación son los frentes en los que trabaja Zona Escena, corporación creada por el bailarín y activista cultural Jorge Parra y que este año cumple cinco años de actividad continua.
Sus integrantes son también Mario Suárez, Vanessa Guamán, Michelle Mena, quienes están desde el inicio, y los más recientes son Maribel Domínguez, Alejandro Yagual y Abel Rodríguez y Luciano Reyes.
Durante su trayectoria, cuenta Parra, la corporación ha estado al frente de la organización de dos citas artísticas que son referentes en esta ciudad, Fragmentos de Junio, que aborda las distintas expresiones de danza, y el Festival Internacional de Artes Escénicas de Guayaquil (Fiartes-g).
Esta noche, en el desarrollo del primer encuentro que se extenderá hasta el 29 de este mes, participa con la propuesta titulada Primer piso, que reúne creaciones individuales de los integrantes de Zona Escena.
El departamento de Parra ha servido no solo como punto de concentración para coordinar la realización de los festivales, también es el lugar desde el cual se crean los trabajos escénicos de la corporación, así como donde se realizan ensayos abiertos para el público, por lo que a ese espacio lo han denominado Casa Zona Escena.
El 28 de junio próximo volverá a presentarse la corporación con esa obra. Para agosto se tiene previsto presentar otra propuesta que ha venido preparando la agrupación, cuyos miembros no solo han incursionado en el campo de la danza sino también han hecho exploración en otras disciplinas las cuales complementan su formación escénica.
En septiembre se realizará la decimoséptima edición del Fiartes-g y para noviembre Parra prevé hacer un espectáculo en el que repasará sus 30 años de trayectoria como bailarín.
Mario Suárez sostiene que están abiertos a las “poligamias” entre la danza con el teatro, las artes visuales y la música; y además de trabajar junto con otros artistas y agrupaciones de distintas vertientes.
Zona Escena es un espacio en el que “el intérprete tiene la libertad de poder experimentar, explorar e ir generando”, considera Vanessa Guamán.
Alejandro Yagual refiere que el trabajo grupal es arduo y le ha tocado aprender a ser extrovertido. Mientras, Abel Rodríguez y Maribel Domínguez definen a la corporación como “un sitio de búsqueda de nuevas posibilidades” de trabajo escénico y la manera de “enfrentarse a los miedos”.
Detalles Programa
Presentación
Esta noche, como parte del programa de Fragmentos de Junio, se presenta la Corporación Zona Escena. Es a las 20:00, en Baquerizo Moreno 519 y Mendiburo, piso 1 departamento 2.
Lugares de funciones
La Casa de la Cultura, núcleo del Guayas y el Teatro Sánchez Aguilar son otros espacios de esta cita de danza.
Este grupo de gente funciona porque tenemos los mismos objetivos: hacer arte, investigar, meternos en distintos lenguajes
Mario Suárez
Bailarín
TOMADO DE: http://www.eluniverso.com/vida-estilo/2014/06/21/nota/3127266/zona-escena-cumple-lustro-gestion-artistica
000000000000000000
Zona Escena trabaja a favor de la danza
Tomada de la edición impresa del 04 de mayo del 2010
FOTO: MIGUEL CASTRO / El Telégrafo
Michelle Mena y Mario Suárez, del grupo Zona GYE, durante las celebraciones por el Día Internacional de la Danza. Datos
La sede de Zona Escena está ubicada en Baquerizo Moreno 519 y Mendiburo, en el primer piso, departamento 2.
Los festejos por el Día de la Danza se realizaron en la Plaza San Francisco, desde las 19:00. La corporación, dirigida por el coreógrafo y bailarín Jorge Parra, prepara una serie de proyectos.
El encuentro dancístico Guayaquil, zona de danza... Todos a bailar, entre grupos de Manta, Quito, Cuenca y Guayaquil -que se realizó en el puerto, el jueves de la semana pasada, para celebrar el Día Internacional de la Danza- fue el primer evento organizado por la Corporación Zona Escena.
Esta agrupación, liderada por el coreógrafo guayaquileño Jorge Parra, nació hace poco más de un mes y pretende formar -a base de actividades al aire libre, sobre todo- un espacio de difusión permanente, a fin de atraer nuevos públicos hacia la danza contemporánea.
El grupo quiere lograr sus objetivos trabajando en campos como la organización de festivales internacionales...
Según Parra, el grupo quiere lograr sus objetivos trabajando en campos como la organización de festivales internacionales y eventos locales, la formación de nuevos bailarines y -por supuesto- la creación coreográfica, fundamentada en la producción del grupo Zona GYE, que él integra junto con Vanessa Guamán, Mario Suárez y Michelle Mena.
La primera puesta en escena de este colectivo se presentó en el encuentro del jueves pasado, que fue auspiciado por la Dirección de Cultura del Municipio y la Fundación Guayaquil Siglo XXI. La pieza, titulada Punto cero, era -según Mario Suárez- una mezcla de algunas coreografías que Parra había elaborado con anterioridad.
Además, Suárez agrega que actualmente se encuentran trabajando en una nueva propuesta de danza teatro, que podrían estrenar en el festival Fragmentos de Junio. “Tenemos algunas cosas ya avanzadas. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en la música y en los textos”, explica el bailarín.
El Festival Internacional de Teatro y Fragmentos de Junio son dos de los eventos más importantes de los que se encargará Zona Escena. Ambos con reconocida trayectoria, hasta ahora se venían realizando cada año en el Centro Cultural Sarao.
Parra indica que el más próximo, Fragmentos de Junio, esta vez se llevará a cabo en el Teatro Centro de Arte (km 4,5 de la vía a Daule). La sala principal y la experimental serán los espacios designados para que compañías nacionales y extranjeras presenten su trabajo dancístico contemporáneo.
La última edición de esta actividad fue la séptima y se realizó en 2008. Trajo a invitados como el reconocido bailarín argentino Iñaki Urlezaga y la mayoría de funciones fue en Sarao, sin embargo también hubo algunas en el Centro de Arte y en el auditorio de Fedenador.
El Festival Internacional de Teatro -que se realiza en septiembre- tendrá ciertos cambios, anuncia el director de Zona Escena. Aún está en planificación, pero adelanta que se hará en varias sedes.
En ambos eventos, como ya es costumbre, participarán entre 5 y 8 agrupaciones internacionales invitadas.
Otro proyecto que tiene Zona Escena es abrir un espacio de formación de nuevos coreógrafos. Para llegar a esto se están haciendo arreglos con los directivos del Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE), a fin de que los talleres de preparación se hagan en las instalaciones del centro educativo ubicado en el sur de la ciudad. Por ahora, según Suárez, han llegado al acuerdo de que ellos, como grupo, podrán ensayar ahí.
Redacción Cultura
cultura@telegrafo.com.ec
Guayaquil http://www.telegrafo.com.ec/cultura/noticia/archive/cultura/2010/05/04/Zona-Escena-trabaja-a-favor-de-la-danza.aspx
Mario Suárez mientras interpreta a Petra Concepción Vernaza Paucar de la Plata, personaje de La Mona Risa.
Datos
La obra
•La Mona Risa es un conjunto de sketchs profilácticos basado en los descubrimientos de Ricardo de la Fuente sobre los lugares comunes del habla. Y fueron desarrollados en el Laboratorio Humor Sapiens S.A.
•La puesta en escena fue dirigida por Lucho Mueckay, quien, además actúa en dos de los sketchs. Uno de los personajes que interpreta es Tuco, del dúo cómico Tuco y Manuco. Este último es representado por Raymundo Zambrano.
Infórmate +
Sarao, Guayaquil. (calle Primera Oeste y Av. del Periodista).Viernes y sábado 21:00, domingo: 20:00. Entrada US$ 10.
La Mona Risa, interpretada por el Laboratorio Humor Sapiens, se nutre de los opuestos sociales.
A Petra Concepción Vernaza Paucar de la Plata le molestan los lugares comunes del habla, los pobres y las cholas que osan infiltrarse en la asociación benéfica que muy elegantemente preside. Pero como no hay nada que un marido pudiente no pueda arreglar, las damas de poca o dudosa alcurnia casadas con un ilustre pueden sumarse a la Sociedad de Benficencia, la buena moral y la buena costumbre de Guayaquil.
Y es que en tiempo de crisis cualquier ayuda es buena, más aún si se trata de proteger la lengua, porque lo que es con la lengua es con Petra Concepción. Ella está empeñada en sacar de la aduana siete mil mascarillas para proteger a sus distinguidos del ‘mal hablar’.
Esta dama engalanada, culta, guayaquileñísima (aunque la mayor parte del tiempo se la pasa en España y Miami) que detesta los lugares comunes es uno de los personajes –el más fuerte quizá- de La Mona Risa, una obra que tomando algunos de los trabajos realizados en Laboratorio Humor Sapiens, del Centro Cultural Sarao, pretende de-volverl el sketch a las tablas.
De ahí que la escenografía se aleje de la suntuosidad propia de la comedia o la farsa, para dar paso a un espacio en el que un personaje exagerado y muy marcado debe ganar o perder.
En esas polaridades se encuentra la afamada Petra, gestora, organizadora y conductora de la gala que sirve de pretexto para poner en la escena a un sinnúmero de personajes asociados con algunos de los males recurrentes de una sociedad con el subdesarrollo a cuesta.
Es así que el escenario muta constantemente. De ser el cimiento sobre el que se erige la falsedad y la doble moral pasa a ser la tribuna de Candellah, una diva de la tecnocumbia, que con su cabellera rubia de peluquería deja en claro que sus proporciones físicas le ganan –y de largo- a sus facultades intelectuales
La escenografía se aleja de la suntuosidad de la comedia o la farsa para dar paso a un personaje exagerado...
Con esta propuesta escénica el tablado también puede ser la calle, o el autobús donde los “carameleros” se suben a desgranar ofertas, reproches y amenazas. A ellos también los quiere la honorable dama cuyos pasos están iluminados por Dios (tanto que sus zapatos brillan con cada taconeo).
“Siempre que se hace humor hay un gran dolor y una gran verdad. La gran verdad es que hay clases sociales, pobreza e indigencia, pero la verdad es que hay gente que cree que eso es normal. Y lo trata a través de sociedades de beneficencia que no buscan solucionar sino coadyuvar”, menciona Luis Mueckay. Él es director de La Mona Risa y Humor Sapiens, un laboratorio actoral que se originó hace tres años y en el que surgieron buena parte de los personajes de los sketchs.
Según lo menciona Mueckay, la intención es que los personajes representados por los que fueron sus alumnos tomen la fuerza que tiene ahora NormaLixta y Tuco (del dúo Tuco y Manuco), interpretados también por Mueckay.
En ese camino esbozado por el actor están las actuaciones de Vanessa Guamán, Nancy Vera y Mario Suárez, alumnos de Humor Sapiens y actores de La Mona Risa.
Sin embargo, por el impacto que genera desde el inicio, es Petra Concepción..., interpretada por Suárez, quien se sostiene con mayor fuerza.
"Para la creación del personaje vimos que se tratara de una señora pelucona que tiene su pasión por la lengua. Ella tiene que arriesgarse demasiado para después sucumbir", explica el actor.
En el discurso de la apreciable dama son recurrentes los modismos españoles, los acentos propios de los habitantes del país ibérico. En el habla de la ilustre benefactora se distinguen letras marcadas y frases como "necesitamos pasta" o "mala leche"... que finalmente terminan creando el abismo cómico en el que perece.
En el camino de la presidenta de la Sociedad de Beneficencia de la buena moral, la buena costumbre y la buena lengua se cruzan, además de Candellah y los vendedores de golosinas, el proclamador de reinas, también ideado por Suárez. En el sketch que le corresponde, este recitador hace gala de palabras engargoladas y repite hasta la saciedad adulaciones de algún poema añejo.
Hacia el final de la obra Tuco, un anciano que se resiste a vivir en el asilo de la beneficencia, desnuda con sus versos la fachada de su realidad para dejarle al humor el relato de sus carencias e inconformidades.
El laboratorio Humor Sapiens S.A. ha desarrollado una serie de monólogos a partir de los textos de Ricardo de la Fuente sobre los lugares comunes del habla. Esta obra teatral denominada ‘La Mona Risa’ es dirigida por el actor Lucho Mueckay, quien en uno de los sketchs interpreta al ya conocido personaje Manuco, junto con los actores Vanessa Guamán, Nancy León y Mario Suárez.
La Mona Risa se presentará en Manta este viernes 18 y sábado 19 de septiembre, en el MAAC Cine, a las 19h30. La entrada general tiene un costo de $ 7.00 los estudiantes y las personas de tercera edad pagan el 50%.
Argumento de la obra:
El lugar común es un virus que arrasa hasta al más fuerte. Peor que cualquier crisis, violencia o gripe humana, desata situaciones y crea personajes de chicle y cliché.
Sin embargo, la distinguida matrona Petra Concepción Paucar de la Plata (CONCHITA PRIETA), presidenta de la Buena Moral, la Buena Costumbre y la Buena Lengua de Guayaquil, ya ha tomado cartas en el asunto. Ha organizado una gala para recaudar fondos para sacar de aduana un contendedor lleno de mascarillas que ayudarán a los ciudadanos a no contagiarse del virus MDMH (“Mal del mal hablar”).
Conchita presenta ante los socios terribles casos de personas contagiadas: CANDELIAH (cantante y animadora de televisión); DON TÁCITO FERNÁNDEZ GALLO, (proclamador de reinas); PEDRO CUCHILLAS (recluso inocente); las CHOCOS (vendedoras de chicles callejeras); la MAJO (reina de la ciudad); y hasta MANUCO (que se ha convertido en un poeta oscuro).
Es el nuevo capítulo dentro del proyecto Guayaquil Zona de danza, que incluye además Fragmentos de Junio y tiene como objetivos fundamentales desarrollar un público entre los estudiantes fiscales de la ciudad. Jóvenes coreógrafos son bailarines que se forman en el grupo Sarao. En Fragmentos de Junio de este año se estrenaron solos y esta vez en una mini temporada de dos días. Lo hicieron con dúos y vale reconocer que de junio a la fecha se evidencia mayor seguridad y crecimiento a la hora de interpretar. Bien por la dirección del programa, bien por su hacedores. También es grato encontrarnos con cuerpos formados con la característica disciplina que devela la pertenencia a un proceso de años en una escuela, entendida ésta como la conformación (búsqueda constante) de un estilo interpretativo en la danza. Los estudiantes, dirigidos por Jorge Parra, dan cuenta de la mística y disciplina que caracteriza al grupo Sarao y que a través de ellos empiezan a manifestarse. Las coreografías, desde una visión contemporánea, buscan trascender la limitación del marcaje rítmico y melódico de la música, evitar graficar la música y pasar al terreno de la interpretación. El diseño rompe la simetría en el espacio y la linealidad de las acciones. El movimiento, en varios momentos, surge de dos fuerzas: tensión y relajación que marcan el dramatismo en el tratamiento de los temas y sus personajes. De esta manera la acción aparece, no solo por la dinámica propia de un dúo que apela a la comunicación, sino también porque es una búsqueda del colectivo: la danza-teatro. Es decir, las distintas coreografías crearon personajes e historias concretas, con inicio, medio y fin. Y aquí el encuentro con lo teatral, con su gestualidad; un campo que debe (o debería) ser tan depurado como el movimiento bailado. Gestos simbólicos, gestos de graficación, gestos simplemente abstractos, gestos cotidianos… Hay que equilibrar el uso de éstos o unirlos magistralmente. La amplitud de la expresión que el bailarín/la bailarina logra por su entrenamiento físico, le proporciona una destreza que al momento de buscar la interpretación actoral, puede ser contraproducente para con la naturalidad (no naturalismo) y caer en la sobreactuación. Cosa que ocurrió en algunos momentos del espectáculo, en casi todas las coreografías. En Dos candelas y r-o-n de Michelle Mena, la exploración de la farsa en la danza es un acierto, pocos se arriesgan a hacerlo debido a la dificultad que entraña esa necesaria búsqueda de naturalidad (en lo cotidiano, en lo absurdo, en lo bailado), como lo había mencionado. Para que cargar a otra persona no sea predecible, sino una “respuesta salvajemente inadecuada”, dice Lucho Mueckay, hace falta esta naturalidad. En Sin pecado concebido de Nancy León nos encontramos frente a un tema delicado, a través de un personaje muy fuerte, pero muy fácil de caer en cliché. La bailarina lo evita mediante la construcción del personaje, el manejo de objetos imaginarios y la relación del movimiento con el espacio que le permite una profundización poética y momentos de gran intensidad. Vanessa Guamán presentó Miseria, un juego escénico que se adentra de manera particular en lo oscuro: si bien el inicio es fuerte, con una propuesta espacial interesante, vestuarios sorprendentes y en un punto dramáticamente bien alto, su final termina en un punto mucho más bajo… lo cual no se sabe si es intencional o falta de trabajo dramatúrgico. Además, la música pop (popular por ser de fácil lectura aunque sea una mezcla de rock, heavy y techno) no es el mejor soporte, debido a que la fuerza del movimiento, así como la energía de las intérpretes, se va desvaneciendo poco a poco en la relación entre personajes. Para tratar lo teatral y lo dancístico, Cindy Cantos en Scandalous recurre a instancias separadas, pero hábilmente unidas en una sola imagen, tanto simultáneas como alternantes a lo largo de la narración, con mucho detalle y gracia, aprovechando bien el contraste sorpresivo del ritmo de la música. Aunque la voz comienza siendo un buen recurso interpretativo y también dramatúrgico, toma mucho espacio y a veces parece caer en el peligroso campo de “dar gusto al público”. Mario Suárez presentó Las desterradas hijas de Eva, trabajo que, acertadamente, cerró el evento. Su coreografía conjuga las reacciones naturales al indagar en la interioridad de los personajes. Un cuerpo que se desprende impulsivamente de la angustiante cotidianidad, del encerramiento, se identifica con el otro, se distancia, vuelve a sí mismo encarecido y, en esa relación, en dúo, se da el lujo de plantear una esperanza. Al final, todos y todas jóvenes coreógrafos/as son una promesa para la danza contemporánea; seguirán creciendo bajo la enseñanza, protección y exigencia del maestro. Mantenemos una gran expectativa en su próximo capítulo: grupos.
El VI Encuentro de Mujeres en Escena continúa en el país mostrando diferentes géneros artísticos que promueven la creatividad femenina. Un ejemplo fue el espectáculo de danza contemporánea Íntima latitud, del grupo guayaquileño Sarao, que participó el miércoles.
Antes del espectáculo, el público tuvo la oportunidad de mirar el show de Caja misteriosa, una exposición de títeres de un minuto a cargo de Anita Escobar, miembro del grupo Espada de Madera.
Luego comenzó la actuación de Sarao. La presentación contó con cinco coreografías de solos y cinco de dúos que duraron 10 minutos cada una.
Primero salió Mario Suárez, quien desplegó su baile en el corto llamado Sandunga.. Así comenzaron a salir al escenario los demás artistas: Nancy León, Vanessa Guamán, Michelle Mena y Cindy Cantos. Las bailes trataron sobre temas muy variados como humor, amor, amistad, odio, ira y misticismo.
La última escena la realizaron León y Guamán con el corto Las desterradas hijas de Eva, donde se trató el tema de la aceptación sin importar la clase social.
Luego de la obra, se realizó un conversatorio donde intervinieron público y artistas. La gente rescató la conexión y sincronización que tuvo la obra. Además mostró su satisfacción por el trabajo de luces. Así lo señaló Olga Páez, quien asistió con su hijo Luis.
Lucho Mueckay, director de Sarao, culminó la discusión indicando su aflicción por el número de asistentes al evento que no superó las 50 personas. "Es interesante bailar para las butacas, pero es mejor bailar para el público", explicó el director. (JLV)
Calendario de fin de semana
Fantasmagorías
11:00 Hoy, en el Teatro Prometeo (Seis de Diciembre y Patria) . Entrada gratuita
Ese viento que trae la muerte eres tú
20:30 Hoy, en el cine OchoyMedio (La Floresta).$5
Conejitos y la luna
20:30 Hoy, en el cine OchoyMedio (Vía Ventura, Tumbaco). Entrada, $5.
El Rey Hermosillo...
12:00 Mañana en el Titiriteatro (La Merced). La entrada cuesta $4.
Bailarines de Guayaquil asumen el reto de ser sus propios coreógrafos
Nuevas propuestas
El Día de la Danza se festejó en la ciudad con dos espectáculos: uno en el Centro Sarao. Otro en la Casa de la Cultura.
Unos han invertido varios años en su formación académica y corporal y han pisado infinidad de veces los escenarios como bailarines. Otros comienzan su recorrido en la danza. Pero como coreógrafos y a la vez intérpretes de sus propias creaciones, no habían tenido la oportunidad de proyectarse.
El 29 de abril, Día Internacional de la Danza, se creó un espacio para ese propósito. En esta fecha, el Centro Sarao presentó Guayaquil, zona de danza. Fue una función gratuita, una especie de ensayo en el que se vieron trabajos de jóvenes coreógrafos nacionales, que además fueron intérpretes de sus propuestas, lo que a decir del bailarín Jorge Parra, director del proyecto, no es nada fácil.
La jornada se inauguró con el trabajo de Mario Suárez. Luego llegaron al escenario los de Vanessa Guamán, Cindy Cantos, Michelle Mena, Carolina Pepper, Wendy Leyton, Aglae Febres-Cordero, Gloria Febres-Cordero y Alejandra Delgado. Todos intérpretes de danza contemporánea. Gloria Febres-Cordero hace un flamenco, que se nutre, en parte, del lenguaje contemporáneo. Nancy León no se pudo presentar por problemas de salud.
Parra, que fue el maestro de ceremonias de esa noche, explicó que el objetivo es incentivar a los nuevos hacedores de la danza a realizar nuevas propuestas, que surjan desde su imaginario, necesidades expresivas y propios lenguajes danzarios y corporales.
Cada una de las obras fue recibida con aplausos y gritos de un público mayoritariamente juvenil. Y aunque la función era gratuita, el auditorio de Sarao no se llenó. Parra lo hizo notar y manifestó que la intención de programas como estos es crear también un público para la danza, que en Guayaquil es escaso. Tras ver las coreografías de estos jóvenes intérpretes, preguntó: ¿creen que en Guayaquil hay potencial para la danza? La respuesta que recibió del público fue un sí rotundo.
Explicó que estos trabajos ingresarán a un proceso de depuración a través de un laboratorio entre creadores y directores con experiencia. Después serán presentados en el Encuentro de Danza Fragmentos de Junio. Y, finalmente, en el Festival de Artes Escénicas Guayaquil.
Estamos en Guayaquil por unos días (invitados por nuestros amigos de la familia Lemos) antes de partir hacia México donde tenemos apalabradas unas reuniones para la ONG de Liliana. Allí, en México, aprovecharé para visitar a José Angel Merino (mi más querido amigo de la infancia madrileña) para ir juntos al Yucatán donde espero, a través de la consulta de los Chilam Balam, terminar un trabajo sobre la civilización de los mayas yucatanes que dejé interrumpido en el año 2005 por causas aejnas a mi voluntad.
Pero ahora estamos en Guayaquil (ciudad que me trae hermosos recuerdos de aventuras vividas en el pasado) y hemos presenciado, en el Centro Cultural Sarao, un espectáculo de danza joven ofrecido en esta sala que acoge a 100 espectadores por el Grupo Sarao del mismo Centro.
El resultado final fue una apoteósis de aplausos por parte de los espectadores tras un par de horas de silencio absoluto en medio de un ambiente de luces oscuras que mostraban un escenario de tonos sobrios pero realmente espectacular en cuanto al arte del ballet moderno. De las tinieblas surgió, de repente, una luz cenital tenue y emergió una figura humana. Era el bailarín Mario Suárez, quien deslizó, en medio de giros acertadísimos y extensiones de brazos y piernas, toda una pléyade de gestos tristes en su rostro. Gestos para mostrar una profunda melancolía porque estaban representando "la posesión del otro". En el centro, una fotografía de mujer sobre la mesa del escenario.
De fondo sonaba continuamente la canción mixteca "Sandunga", de Lila Downs, autóctona del norte mexicano. Después fueron apareciendo ellas: Vanessa Guerra, Wendy Leyton, Alejandra Delgado, Nancy León, Cindy Contreras, Michelle Mena y Carolina Pepper. En la última escena, la de Carolina Pepper, el número se titulaba "el otro del otro" y se apoyó en el arte teatral para emitir un breve monólogo en el transcurso del cual dijo por seis veces consecutivas la siguiente frase: "observa, controla, gira". Y Mario Suárez, siempre como émbolo sistemático de la presencia de las mujeres, observó, controló y giró... con sus movimientos robotizados al compás de las extensiones geométricas de las danzas femeninas.
Toda la obra coreográfica fue una crítica "al dominio del otro" sobre una persona determinada. Todo articulado y traducido con tonos de fuerza y con la rapidez de los movimientos humanos dentro de la estética representativa de lo trascendental que se estaba narrando con la danza. Lo dicho. Un final lleno de apoteósicos aplausos rompiendo el silencio sostenido durante dos horas en medio de la penumbra y las luces del sobrio escenario. Capacidad e intensidad dramáticas a través de una coreografía de danza joven que tiene pensado extenderse por otros ocho países americanos.
Nueve Nuevas Coreografías en esta representación titulada "Fragmentos de Junio". Nueve bailairnes (un hombre y ocho mujeres en la posesión del otro) que tienen por delante un arduo trabajo bien desarrollado y espléndidamente articulado en torno a la "Sandunga" de Lila Downs. Os escribo esta página de mi Diario a pocos días de salir hacia México. Pero eso, lo de la investigación del pueblo maya, queda para otro momento. Hoy, en Guayaquil, estoy pasando unos felices momentos junto a mis amistades de antaño. Un abrazo cariñoso para todos los voremios y voremias del mundo. http://www.vorem.com/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=7305
Tomada de la edición impresa del 02 de noviembre del 2008
La nueva sangre de la danza
FOTO: ALFREDO PIEDRAHÍTA / El Telégrafo
Datos
•En el proceso inicial participaban también Gloria y Aglae Febres-Cordero de Eptea; Carolina Pepper, amiga de Sarao, y Alejandra Delgado, estudiante de danza en la Universidad Espíritu Santo. •Desde que Parra les propuso coreografiar los solos, los jóvenes tuvieron un mes para prepararse para la presentación del 29 de abril. •Luego del primer espectáculo gratuito, se realizaron talleres y continuaron las clases para que los coreógrafos siguieran puliendo sus trabajos hasta la presentación, con costo de admisión, de solos en Fragmentos de Junio y el estreno de los dúos, el 25 y 26 de octubre. •El proceso con los 5 jóvenes terminará en el encuentro Fragmentos de Junio de 2009, entonces Parra empezará un nuevo ciclo con otros bailarines profesionales. •La nueva tarea es presentar una coreografía para un grupo (de 3 a 5 personas) y cada coreógrafo tendrá un mes para prepararla. La primera en exponer su propuesta será Nancy León.
Cinco nuevos coreógrafos entrenan en el Centro Sarao hasta que llegue Fragmentos de Junio 2009 .
Antecedentes
El proyecto permanente Guayaquil Zona de danza es un espacio de difusión y creación para la danza contemporánea de Guayaquil y el país.
Su parte visible más reconocida es el Encuentro Internacional de Danza Fragmentos de Junio. El proceso inició con la presentación gratuita Nuevos corógrafos, el 29 de abril (Día Mundial de la Danza). Los 9 participantes originales trabajaron con el bailarín y coreógrafo Jorge Parra, en el Centro Cultural Sarao, desde el mes de enero. Ahora son 5, todos integrantes de Sarao.
Puede sonar pretensioso decir que solo 5 bailarines, todos ellos integrantes del grupo Sarao, representen la renovación de la danza en el país. Pero lo cierto es que ellos simbolizan el aire fresco en un arte exigente que requiere el máximo de creatividad. Aunque advierte Rodrigo Ponce en el artículo Zona de nuevas coreógrafas, publicado en la edición de agosto de El Apuntador que “el escenario sorprende con nuevas propuestas. Estas pueden venir de cualquier generación de artistas, al igual que antiguos esquemas pueden ser reproducidos por artistas de cualquier edad”.
Pero el relevo está ahí. Un grupo de bailarines realiza su entrenamiento dentro del programa Jóvenes coreógrafos, bajo la guía del coreógrafo Jorge Parra, ya sea puliendo solos y dúos. Mario Suárez es el responsable de Sandunga y Las desterradas hijas de Eva; Cindy Cantos de Scandalous y Shhh!; Michelle Mena de Dos candelas y ron y Allá ¿es de día? o ¿es de noche?; Vanessa Guamán de Miseria y Pretexto, y Nancy León de Sin pecado concebido y No sé, ya sé, ¡sí sé!
León recuerda que las coreografías que cada uno hizo para sí mismo surgieron de “un empuje” que les dio su profesor Jorge Parra, para empezar a crear piezas de danza moderna o danza-teatro, las especialidades del grupo Sarao, aunque ella no estaba convencida de hacerlo “de buenas a primeras”.
Considera que el que haya gente evaluando el trabajo desde afuera ayuda a estar más seguro sobre la labor que están haciendo. Eso no le impidió a través de sus sensaciones, los instintos de su cuerpo, los movimientos, la música, el espacio y la improvisación, concebir No sé, ya sé, ¡sí sé!
En los dúos, León fue la intérprete en 3 piezas diferentes y por ello señala que como bailarina se sentía más relajada, mientras que como directora siempre buscaba llegar antes que sus intérpretes, ya fuera para elegir la música o para improvisar.
Nancy León se inició con el ballet bajo la tutela de Esperanza Cruz y desde que estudió con Parra y Lucho Mueckay en la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, su madre se preocupó porque siguiera un proceso con ellos, en lo que ahora considera su profesión. Pero su debut como coreógrafa tuvo lugar en la inauguración del Encuentro Internacional de Danza Fragmentos de Junio.
Por su parte Vanessa Guamán comenta que participar de Jóvenes Coreógrafos le ha permitido abrirse a otras formas de conocimiento, a escuchar y explorar nuevos métodos para la teatralidad y la creación de personajes. En sus 5 años con Sarao ha aprendido sobre lo que es el proceso creativo de una coreografía, por ello eligió partir de un momento muy intímo, para elaborar su solo, y para el dueto exploró su gusto por el personaje del Guasón, del filme El caballero oscuro, enriqueciendo su trabajo con las potencialidades de los cuerpos de sus intérpretes.
Cuando Parra les exigió crear una coreografía, todos lo tomaron en broma, pero cuando se les dio un plazo, el compromiso era no faltar a una presentación programada.
El proceso recientemente tuvo un corte porque los bailarines se presentaron en junio, y aunque el siguiente paso era pulir sus obras para dúos y presentarlas en septiembre, tuvieron que darse un respiro para ponerlas en escena el 25 y 26 de octubre.
Mario Suárez es compositor y se inició en la danza hace 5 años para explorar su faceta creativa, pero las clases diarias, de 15:30 a 18:30, le han generado amor por la danza y el teatro. Es nativo de Piñas (provincia de El Oro) y gracias a los componentes del proyecto permanente Guayaquil, Zona de Danza (Fragmentos de Junio, Desarrollo de un Público entre los Jóvenes Estudiantes Fiscales de la Ciudad y Jóvenes Coreógrafos) ha compartido experiencias personales y sociales contadas con movimientos del cuerpo frente a estudiantes, que a pesar de no conocer la danza contemporánea, han adquirido el interés por ser bailarines o coreógrafos.
Cindy Cantos y Michelle Mena son integrantes de Sarao desde los 7 y 8 años, respectivamente. Para Mena lo interesante de poder crear sus propias piezas y presentarlas al público es explorar y trabajar sus emociones, además de ser exigente para poner sobre las tablas las improvisaciones de sus intérpretes, en una historia para el disfrute y el análisis. Cantos se inició como coreógrafa con nerviosismo y por cumplir una tarea; ahora busca unir su pasión por el teatro-danza con su trabajo como profesora de inglés en un jardín de niños.
El teatro José de la Cuadra, el MAAC Cine y el Cerro Santa Ana son los espacios que desde esta noche acogen a representantes nacionales y extranjeros expertos en la narración oral.
Las historias y leyendas de Cuba, España, Costa Rica, Camerún, El Congo y Ecuador estarán presentes desde hoy y hasta el 27 de agosto en Guayaquil, cuando intervengan los cuenteros invitados al Tercer Encuentro de Narración Oral Un cerro de cuentos.
Hoy, a las 18h00, en el teatro José de la Cuadra, de la Plaza Colón, (junto al barrio Las Peñas) se realiza el acto inaugural de la cita escénica. La entrada es libre.
En la actividad participan Matías Tárraga, de España; Fátima Patterson, de Cuba; Juan Madrigal, de Costa Rica; Boniface Ofogo, de Camerún; y Bertrand N’Zoutani, del Congo. También actuarán María Fernanda Gutiérrez, Mario Suárez, Ángela Arboleda y Raquel Rodríguez. Estas dos últimas son organizadoras del festival.
De las etnias awá, épera y chachi y afroesmeraldeña estarán José Arias, Omar Capena, Ramón y Anselmo Cimarrón, Guillermo Ayoví (conocido como Papá Roncón), Grismalda Caicedo y Rosa Wila.
Arboleda comenta que la cita de este año se la organiza en homenaje a Esmeraldas. “Quise rendir tributo a esta provincia porque hace un año hice una investigación sobre los pueblos que se desarrollaban en toda Esmeraldas y poco a poco fui descubriendo la riqueza ancestral que continúa hoy a través de las respectivas lenguas que hablan los chachis, éperas y awás”, añade la cuentera.
Los afroesmeraldeños también son una cultura fuerte en Ecuador, dice Arboleda, por lo que se decidió invitar a representantes de todos esos grupos sociales para que participen en el Tercer Encuentro de Narración Oral Un cerro de cuentos.
Las historias que se narren en otras lenguas e idiomas contarán con su traducción, señala Arboleda, quien considera que las presentaciones están dirigidas a niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad.
Una particularidad de las funciones que se ofrecerán este año dentro de la cita escénica, es que acompañado de la palabra de los cuenteros invitados habrá música ejecutada con instrumentos autóctonos de cada tierra. Entre los que se utilizarán están el bombo, el cununo, el guasá y otros de percusión.
Del 22 al 26 de agosto se desarrollan espectáculos en el MAAC Cine (Malecón y Loja). El boleto costará $ 5. A las 16h00 del 27 de este mes los narradores realizan una caminata con narraciones en el Cerro Santa Ana.
Se detendrán en cinco estaciones. La función de clausura con todos los invitados será ese mismo día, a las 19h00, en el teatro José de la Cuadra. Ingreso será libre. http://www.eluniverso.com/2006/08/21/0001/262/32AEBCC7ED124808BD9D46273FC0E74D.html
0000000000000000000000000000000000
Martes 30 de agosto del 2005 Cultura
Cuentos de terror en cierre de cita de narradores
El primer grito de terror que se oyó del público lo provocó el narrador ecuatoriano Mario Suárez. Y fue al terminar de contar la historia de una niña que en las noches volvía a la casa donde murió quemada.
Suárez fue el primero en subir al escenario del teatro al aire libre José de la Cuadra de la plaza Colón, el pasado domingo. En ese lugar, con narraciones de muertos y aparecidos, interpretadas por cuenteros de Colombia, España, Argentina y Ecuador, concluyó el Segundo Encuentro de Narradores Orales Un cerro de cuentos, que se desarrolló por una semana, en Guayaquil.
Raymundo Zambrano, quien personifica a Don Pascual, hizo de animador en esta fría noche de verano, que se calentó con las risas, los gritos de tensión y los aplausos del público que abarrotó el teatro en esta última jornada, de la misma forma que llenó, en los días anteriores, los sitios donde se desarrolló la actividad cuentera.
Patricio Estrella, también de Ecuador, fue el segundo invitado, y luego le llegó el turno a Jota Villaza, que con contundentes ademanes y su característico sabor colombiano, trajo a la memoria a una mujer a la que el muerto se la llevó porque profanó su tumba.
El argentino Juan Moreno narró una historia poco conocida, pero igualmente mágica y estremecedora, de la autoría de los hermanos Grimm. Arnau Vilardebó, de España, tuvo una breve intervención, que incluyó una canción y juegos onomatopéyicos.
Los dos últimos cuentos de la noche fluyeron de boca del colombiano Pacho Centeno y Don Pascual. El primero contó las andanzas del negro José, a quien le dicen el reventao, que murió de amor y que vaga por una de las playas colombianas. Y el segundo, cómo un hombre decidió encompadrar con la muerte, porque es la única democrática. Se lleva a todos. No hace distinción con nadie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario