lunes, octubre 22, 2012

Reflexión filosófica sobre Michel Foucault


Michel Foucault.

Mario Suárez Cabrera.

 

Así es como termino después de existir en un espacio contaminado, nos han creado y nos lo han limitado…

Por ello soy artista y esto no me lo quita nadie, ni mi maestr@, ni mis padres, ni mi novi@ ni la muerte, porque puedo trascenderla y  salir de los esquemas lanzándome a la locura de la creación en la soledad de mi laboratorio personal, estoy loco, ningún otro se aventuraría a dejarlo todo por una carrera artística que ni el medio local, ni la sociedad, ni el Estado valora… estoy loco por seguir los impulsos más primigenios en la creación: “él se arrastra, sopla en el piso, barre con su cabello, se arranca besos, abrazos, caricias” el espectador solo mirará un bailarín moviéndose en un plano bajo, si el danzante se mueve miméticamente sabrán que algo relacionado a esto pasa; pero el intérprete bailarín está en el cementerio, en la tumba de su madre (Sandunga) bendita locura que permite crear, parir, ser dios y madre.

¿Quién eres? le preguntan a Michel Foucault él dice de él lo que no es, lo que es ya lo saben los que le preguntan… ¿Quién soy? Posiblemente en los días en que me estanco en un sinrazones de pensamientos elaborados en los que quiero concebir el teatro y la danza a la luz de la razón de manera lógica y cuerdamente, pues posiblemente la respuesta es aquello que soy, porque no estoy en el abandono de ser un investigador de aquello que desconozco.

Esta razón sin razón existente antes de Jerónimo Bosch, y después de Nietzsche y de Artaud a quien vanaglorio por su crueldad en un rigor que me lleva siempre a desconocer lo que soy y sostiene los fundamentos de mi locura, voy en la búsqueda de la “desmesura” la desproporción, lo que no cuadra en el sistema, posiblemente caminar por lo inteligible es un acomodo al sistema pues lo ininteligible es lo que evita tener y como en el Rey Lear la locura puede ser degustada y expuesta para que por medio de la “cuarta pared” del teatro se engañe el espectador diciendo “eso no me pasa a mí”.

He pasado de un círculo de encierro a otro: primero la familia, en donde me empezaron a domesticar, lo que soy, lo que siento, los deberes, las obligaciones, los miedos las prohibiciones; después la escuela diciéndome que pensar, como pensar, para que pensar, que me debo a un idioma, a una patria, a una ley, a un Estado; el cerco cada vez crece… después el cuartel, como ser un barón, un héroe, un hombre que lucha por límites que  son imaginarios, y defiende a una bandera que es un trozo de tela,  la ley del más fuerte sobre el más débil; a continuación la fábrica, el trabajo, “dime que haces y te diré cuanto vales” le ponen precio a mi cansancio, y tengo derecho a callar sino la calle me espera, aprender a ser máquina… cada cierto tiempo el hospital,  y a veces la cárcel, el centro de encierro por excelencia.

Las sociedades de control, el mecanismo perfecto, en ello lo controlan todo, pensamos por los científicos, pensamos por los maestros, pensamos por nuestros padres, pensamos por otros… las sociedades de control sociedades disciplinarias dos dicen que y como… solo la locura nos da la lógica de un camino.

Por ello amo la locura porque en el encierro que me encuentro siempre en medio de un espacio negro como el mini-teatro o en el encierro del salón de madera de danza, en cada ejercicio expando mis alas de una libertad que la vivo y disfruto en mi locura, he sido todo, bailarina de danza árabe en un templo de oro, he sido Hitler, a veces fuego, otros agua, he sido ave volando en un trapecio, he seducido con el hombro derecho… ese espacio de limitantes me da la libertad de mi locura y en este momento que me digo a mí mismo “¡¡¡soy actor-bailarin!!! En la locura más cuerda tomo a voluntad el poder de vigilarme en mi propio panóptico para merarme como un voyeurista de mí mismo y de mis intimidades escénicas y disfrutarme en ello.

Michel Foucault ha dado certezas a mis divagaciones, por ello en este momento que me tomo una copa de vino…brindo por ello.

 

 

Pd.

Maestro Albert… gracias por tu sabiduría, gracias por incomodarme y obligarme a pensar de manera diferente, no quiero que termine lo que termina, soy afortunado de ser tu alumno.

No hay comentarios.:

LENGUA DE VACA - DAYSI SÁNCHEZ

  Las mujeres que amo, y los hombres que me han construido. ¿Qué pasó con el establo? Allí y allá hace unos cuantos años, cuando Venus, Ma...